PARTE II.-
Vuelvo sobre
este tema, porque he recibido en privado, algunas observaciones, airadas y negativas;
y, otras justificativas que niegan lo
expuesto para reafirmar formas de conductas usuales, que atentan contra la
objetividad de la verdad y, otras, para mi, las más valiosas, porque son las que devienen de la duda que se
le presenta al lector actuante, frente a un tema bastante común, pero de muchos
sobreentendidos-que parecen tácitos y pueden no serlos- ya que tienen, pocas aclaratorias. Por
cierto, estas últimas, muy necesarias.
En este
sentido, pasaré a definir la Mentira: como la acción de falsear la verdad. Así,
la mentira instrumentada, dicha y
pronunciada, sirve para habilitar el acto de engañar. Se engaña cuando sabiendo
la verdad de un hecho, se le transforma, por las razones que sean, en un disfraz
o negación de la verdad. Debo
clarificar, en este inciso que, la mentira es un antivalor y que, en su larga
historia, ha servido para cometer muchos desafueros en contra del ser humano.Por lo tanto, es inadmisible, aunque sea una usanza común para muchos practicantes del "como sí"
El Engaño: es
la acción de otorgar a una mentira-con intención y conocimiento- apariencia de
verdad, acción de falsear lo real, o verdadero, para que aparente ser cierto.
Ahora bien,
la mentira y el engaño tienen larga data y nunca se ha dejado de practicar, a
pesar de las consecuencias, nada santas, que puede engendrar el uso continuo de
este dueto. De hecho, muchos justifican su permanencia y el uso en sus vidas y por lo tanto, la asumen como un aliado y llega a formar parte
de su modus operandi. No obstante, éticamente, es censurada y, en muchos casos,
sancionada legal, moral y éticamente.
Las Justificaciones.-
Son muchas
y de múltiples tenores. Por ejemplo:
11.-Los Salvadores: son los que levantan las banderas en pro de las mentiras piadosas.
Que no es otra cosa que, coartar la posibilidad de que la otra persona sepa la
verdad y la maneje libremente en sus posibilidades. Es decir, que el Salvador
mentiroso, presume que el otro -la víctima engañada- no tiene poder interior, para
asumir y manejar su verdad: de esta manera relega y lo limita en libre ejercicio de su libertad, asumiendo
un papel de todopoderoso, porque él sabe lo que el otro necesita y, además, adivina
que no puede aguantar la verdad. Estos roles de - salvador-salvado- son sumamente peligrosos y condenatorios para ambos actuantes.
2.- Los mentirosos a ultranza, que sencillamente
mienten con alevosía y sin remordimiento, para satisfacer algún motivo funesto
y obtener beneficios secundarios, a través del declive del otro. Acá entran: la
mentira directa a su interlocutor, la calumnia, el desprestigio por rumores
malsanos, plagios y, en fin, toda verdad falseada que afecte de cualquier manera
a un tercero. Son los más peligrosos debido a que estos personajes, en mayor y/o
menor grado, ya se enfrentan a algún tipo de patología conductual que afecta la
salud mental y emocional propia y de los que se ven afectados por efecto directo de sus anormalidades.
c 3.- Los mentirosos compulsivos o
patológicos: son esas personas que mienten de forma consuetudinaria y de manera
inconsciente, es habitual que mientan por todo. Este síndrome ya se corresponde
a una tipología de enfermedad mental con cierto grado de severidad. Rasgos de
conductas semejantes a las expresadas en el narcisismo, podrían definir a estos
personajes, pero no ello, únicamente. La grandilocuencia, también los define,
sobre todo a la hora de contar mentiras épicas que los hace personajes
infalibles.
Desventajas
de las Mentiras.-
a)
De entrada la mentira es falsedad
que limita el trato diáfano y vertical en
cualquier escenario de la vida cotidiana.
b)
La mentira es una verdad no dicha,
por ello, engendra deudas de índole morales
y éticas.
c)
Proteger una mentira reclama un
sacrificio de memoria porque existe siempre el peligro de ser descubierta.
d)
El mantener una mentira puede
conllevar a crear un enjambre de mentiras subsecuentes de inconmensurables
proporciones.
e)
La mentira y el engaño generan estados
de desequilibrio y debido a los sentimientos y emociones que entrar en el juego
del mentir y engañar y, todo ello, puede desencadenar en algún tipo de neurosis
o psicosis crónica de tipo paranoide.
a)
Y si esto no es suficiente, lo más
grave es comenzar a desconectarse con su ser y perder el sentido respecto a
quién es realmente. Es decir, sufrir un proceso de despersonalización o
disociación dónde el individuo no sabe quién es o qué debe hacer consigo,
pierde la noción de su realidad, de su verdad.
b) Por otro lado, al ser catalogadas, mentira-engaño,
como elementos que irrumpe para descolocar a la verdad y fajarse en contra de la misma; entran
a jugar elementos emocionales que han quedado fijados culturalmente en el
individuo, de forma dual, y que implica el manejo de los conceptos de bien y mal. El sujeto sabe,
conoce que la mentira no es verdad, por lo tanto no es ético ni moral desvirtuarla
en su intención y esencia.
c)
Además, el mentir conlleva una
sanción moral que tipifica al mentiroso como cobarde, tanto por mentir como por
no tener la valentía de decir la verdad. Y al engañado- como tonto o pobrecito-
y recibe el beneficio de haber sido víctima
de un timador.
Conclusión transitoria.-.
Estamos
inmerso en un mundo tamizado por la inmediatez de las acciones, donde todo es aparente, provisional , veloz, y Prét -a- porter. Estamos entramados en lo que lo que se ha dado por llamar la cultura liquida. Navegamos sin timón y sin buen Capitán- faltos de entrenamiento rumbo mar adentro.En estos momentos aciagos, confrontamos severos problema de adaptación y de convivencia, más o menos normal. No obstante,
toda cultura para preservarse requiere
de estamentos claros que le normen el "qué hacer" de manera efectiva, afectiva y ética los comportamientos
de los individuos que conviven en una sociedad, estos aspectos están siendo dejados de lado por los mas grandes dirigentes del mundo, quienes también, anda al garete aprendiendo a timonear el barco de la civilización que nos tocó en suerte. Asunto, este último, de gran gravedad para la perpetuación de la paz y el buen vivir de la humanidad.
Y es que el asunto de las mentiras, no es una puntualización de perogrullo, es una manera de convivencia letal. ¿ Por qué? Muy sencillo, cuando las conductas anómalas superan los comportamientos tipificados en el margen de lo normal, ya existe un proceso de desintegración del estamento que nos mantiene unidos como sociedad y entramos en un proceso o fase peligrosa de anomia individual y colectiva. Entendiéndose por tal, la desorganización que sufre la sociedad cuando, sin el previo proceso de asimilación y acuerdo entre sus miembros de la sociedad global o local, se introducen elementos nuevos y desconocidos, para los cuales no está previsto una norma estandarizada que permita o rija el comportamiento que se espera de los sujetos, objetos de los mismos. Esta disonancia o anomia se muestra en conductas anormales, no comunes o estandarizadas debido a su incongruencia frente a lo ya se conoce. De hecho, se generan nuevos desordenes conductuales y fisiológicos, como respuesta al fenómenos insurgentes y, en la mayoría de las veces lo hace, causando graves anomalías de corte psicológico, debido a la carga emocional que se desenlaza y que no encuentra mecanismos de escape conocidos.
Y es que el asunto de las mentiras, no es una puntualización de perogrullo, es una manera de convivencia letal. ¿ Por qué? Muy sencillo, cuando las conductas anómalas superan los comportamientos tipificados en el margen de lo normal, ya existe un proceso de desintegración del estamento que nos mantiene unidos como sociedad y entramos en un proceso o fase peligrosa de anomia individual y colectiva. Entendiéndose por tal, la desorganización que sufre la sociedad cuando, sin el previo proceso de asimilación y acuerdo entre sus miembros de la sociedad global o local, se introducen elementos nuevos y desconocidos, para los cuales no está previsto una norma estandarizada que permita o rija el comportamiento que se espera de los sujetos, objetos de los mismos. Esta disonancia o anomia se muestra en conductas anormales, no comunes o estandarizadas debido a su incongruencia frente a lo ya se conoce. De hecho, se generan nuevos desordenes conductuales y fisiológicos, como respuesta al fenómenos insurgentes y, en la mayoría de las veces lo hace, causando graves anomalías de corte psicológico, debido a la carga emocional que se desenlaza y que no encuentra mecanismos de escape conocidos.
En
nuestro caso y en muchos escenarios de nuestros países hermanos, se hace
necesario, restablecer reglas de juego claras, para acabar con los maniqueísmos a
la hora de calificar ciertos comportamientos de naturaleza lesiva con mano
blanda, descalificando la el impacto que ejercen tales elementos, en la conducta
particular y masiva de las personas.
En
este caso, potenciar la verdad como elemento principalísimo para hacer posible que se incentive el florecimiento de la honradez,
la lealtad, la confianza, la fidelidad, la honestidad y la transparencia, en
los seres humanos es más que un deber una necesidad.no hablamos de milagros o panaceas, hablamos de procesos de concientización moral y emocional que promuevan el respeto por los valores humanos y, así mismo, el acatamiento de los Derechos Humanos en General. Dos puntales de la supervivencia global que no se están respetando.
Caracas, 14/03/2017
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