Era una de esas noches sombría, la noche de la
conciencia, de la lucha.
Era una de esas noches frías en que el alma está cansada,
pero despierta
y sólo desea descansar y reposar de un gran
hastío y dolor, de la tortura.
Así, son las noches oscuras frías, silenciosas y
temerosas de la traición y la
tortura, en que el dolor
aparece y no sabes por qué y para qué y sí se irá.
¡En la oscuridad se oculta el mal y haz de llevar tu luz
para andar en ella!
Esa era una noche fría, tan fría como las blanquísimas nieves siberianas
Noche de fecundo y agreste invierno, de esos inviernos de soledades,
donde el abrazador
frío se cuela por las paredes,
sin ventanas, por los
intersticios de las puertas, por la piel de nuestros cuerpos expuestos a
la
crudeza de unos vivos que, desean preservar a los
muertos, a los muertos.
¡Reguardar tu cuerpo del frio no calienta ni a tu corazón
ni a tu alma!
Las noches de invierno con sus heladas, son noches de
muerte, sí, de muerte.
Muere el calor, muere el fuego, mueren los pobres que suelen deambular
por las calles ,sin techo, sin abrigo, ni sustento,
echados a su suerte y muerte.
También, muere la pasión convirtiéndonos en gélidas
estatuas, que ven sin ver.
Allí se asoman los llantos formando perlas salinas de
hielo, estamos congelados.
¡El frio en el
corazón congela los sentimientos del bien y deviene la muerte!
Esta noche, en especial, hay muchos ojos que lloran, son madres, esposas,
hermanos e hijos, que derraman lágrimas de dolor, por el
futuro que se ha ido.
Sus corazones marchitos por la pena, el horror y la muerte se mueren de tristeza.
Es que ya no pueden ver los anhelos en los cuerpos de sus
hijos, ellos mueren
En los Fogonazos de las bombas y metrallas que, ni el
mismo frío logra aplacar…
¡El llanto es el dolor líquido que limpia y prepara el
cuerpo para la acción!
Es el frio de la muerte, es por la patria que, sus hijos
mueren, es por la Patria.
Algo grande muere dentro de nosotros, algo grande está
muerto en ellos....
Sí, son nuestros los hijos que mueren ultrajados en sus
demandas de fecunda
y ansiada libertad, son los hijos de una Patria que no
existe, pero que ha sido,
que era y, hoy,
muere en la roca helada de los corazones opresores del futuro.
¡Todo lo que muere renacerá si se mantiene viva la
semilla de la vida!
Hoy no hay alegría porque sólo la muerte que
petrifica y destruye todo, está viva.
Esa muerte ha venido a cobrar la inocencia, ha acudido a
llevarse la fuente de vida.
Impasibles en la oscuridad, vemos pasar el desfile de la
canalla y sus caravanas de
enterradores, haciendo las delicias de fúnebre ritual
que, anuncia la muerte de sus
hijos; es la grotesca villanía de los tiranos y muchos
ahora, “no saben lo que hacen”
¡Dejad a Dios lo que es de Dios y a los mortales lo que
es de los hombre, gritan unos.
Esta noche hay muerte detrás de las murallas, el frío
corroe los huesos.
Todos oramos, pedimos por los vivos, porque ya los
muertos han honrado
con su juvenil existencia, los albores de una patria vieja,
que hade renacer.
En esta noche de densa calma y copiosa lluvia, los ruidos
enturbian los gritos
Y lamentos torturantes de la inocencia que se inmola sin
respuestas doliente.
¡La oración ayuda a preparar las almas para la acción
radical, del: ya basta!
Esta noche en especial, fría oscura, sigilosa, turbia y
cómplice el viento azota.
Se parten los rostros convertidos en hilos cristalinos el
llanto de mi brota..
Enfurecida mi alma y se ha desvanecido en el tiempo, para
no estar, para no
saber, para no pensar; pero sé, y, un aguijón de
conciencia no me permite el
descanso y permanezco vigilante ,en perpetua oración y es
por la Patria.
¡El llamado de una Madre es imposible de resistir y hay
que estar atentos!
Esta noche ha muerto la inocencia, han muerto las
ilusiones, ha muerto
el futuro y tendrá que florecer una nueva conciencia,
para restaurar el
horizonte perdido, pero que está sembrado en la memoria y
los corazones
de nosotros, los fieles testigos de que un día, fuimos
hijos de una Patria.
Algo muy grande murió, esta fría noche, pero nacerá en
los hijos de los hijos.
¡Es por Venezuela, es por sus hijos, es por Bolívar, es
por nosotros, amén!
¡La vida de los caídos siempre ha sido el motivo, para un
heroico RENACER!
Raiza N. Jiménez/ 17/5/2017
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