Por: Raiza N. Jiménez
En estas dos citas está la
clave de las dictaduras y la libertad.
“…Los hombres decidieron
construir una gran torre, cuya cúspide llegara hasta el cielo, desafiando los
límites terrenales que ellos poseían. Fue entonces cuando Jehová desciende para
ver el trabajo de los hombres.”
“…Esto despertó su ira, viendo el orgullo de los hombres, y la
insolencia que esto significaba. De ese modo, decidió confundir a los hombres
sus lenguas, para que no pudieran entenderse.”
A partir del relato de Babel y
el mencionado castigo que Dios infringió a los hombres, por su natural instinto
de LIBERTAD, INICIATIVA, CREATIVIDAD y DECISIÓN, al intentar edificar una obra maestra,
una gran Torre que llegara al cielo, el mundo entró en conmoción y en ese
estatus continúa. Y es que, los hombres se unieron en ese difícil propósito, sumando
ideas, esfuerzos y multitudes en la prosecución de una misma meta. Acto
milagroso, para los humanos y considerado imperdonable pecado, para el Señor
Dios.El Amo de los hombres. Desde entonces, la humanidad entera camina confundida y sin
arraigo universal. Ahora bien, esos hombres, en su deseo de llevar a cabo tan
tremenda obra, unieron sus voluntades y trabajaron
en cooperación. Nada parecía perturbar tan noble esfuerzo. Pero, Dios sin un ápice
de humildad, reconocimiento y tolerancia, sólo pensó que, el hombre tendría
supremacía sobre él, sobre todo si lograba concluir esta obra. Si ello ocurría,
ya no habría nada que los detuviera y reinarían en el mundo. Por ello, Dios, el Todopoderoso, en venganza, se inventó
un gran castigo, uno que, mantendría a los hombres desunidos de por vida. Para
ello, les cambió la lengua. En tal
sentido, ahora cada pueblo hablaría un lenguaje diferente y le sería muy difícil entenderse entre sí. Y, más
aún, hermanarse los unos a los otros. Dios, el Jefe, se sintió desobedecido y
atacado en su reinado y dominio y, por esa razón, castigó y sometió al hombre a
vivir su vida en eterna confusión y poco entendimiento.
De tal forma que, el destino nos alcanza. Nadie se salva de los
dogmas que, de generación en generación, corren por sus venas. De hecho,
nuestra emocionalidad, racionalidad y accionar están comprometidas antes de ver la
luz. Nacemos marcados por la raza, el
sexo, el idioma, la nacionalidad, la situación socioeconómica, religión. En fin,
por la Cultura y subcultura que nos acuna. Esta Cultura, sin duda afectará
nuestro actuar y sentir en todos los niveles de subsistencia. Pero, hay salidas
airosas, vencer la esclavitud de origen a punta de educación y conciencia para llegar, como dice Sartre, a ser algo diferente de lo que eras al nacer. Considerando
que cuando logras pararte frente al
espejo, verte al desnudo y caminar para construirte, a partir de lo que entiendes
que eres, de lo que ves, estás haciendo de ti un hombre libre. Te estás
haciendo a partir de lo que eres y así serás tú hechura.¿Serás libre?.
Nuevamente, nos toca nacer y
renacer, y evolucionar, posiblemente, en
medio de un proceso doloroso. Sin embargo, es lo que corresponde a cada
persona, si quiere encontrar sus propias
e individuales vías, para vivir en esta humanidad señalada por el dedo de la
Capilla Sixtina. He acá, una de las múltiples
razones, por las cuales, a pesar de las advertencias hechas por el padre de la
Patria, Simón Bolívar, nos hemos acostumbrado a tomar los trapos rojos y
vestirnos con ellos, para honrar al amo de turno. Olvidándonos que, el mismo
Bolívar se pronunció en rebeldía contra
de la naturaleza, es decir, en contra del Dios vengador, del Imperio más grande
de la humanidad: El imperio Sacro Santo Español. Él declaró la muerte a sus
enemigos y nos dio la LIBERTAD que hoy, corriendo detrás de fariseos vestidos
con la sangre de nuestros hermanos e hijos inocentes y utilizando lenguajes babelianos
-léxico revolucionario del Siglo XXI- y consignas Goeblelianas, propias de los
sistemas fascistas, estamos a punto de perder.
No nos confundamos, no hablamos
el mismo IDIOMA. Los rojos, nuestros hermanos y los extranjeros que los ayudan
a destruirnos, hablan otro idioma, y en
este momento, no nos entendemos. Por ello, asumamos con valentía nuestra responsabilidad
libertaria, porque, aunque en un arrebato de histerismo infantil lo queramos negar, BOLÍVAR somos todos. No nos dejemos engatusar con trapos
rojos, dramas bufos, sentimentalismos gatopardianos y saltos de talanquera programados y menos con potes de humo que nos
confundan. Cada uno de nosotros está obligado, como hijo de esta tierra, que nos
lo ha dado todo, a abrazar como objetivo ÚNICO Y POSIBLE, LA CONSOLIDACIÓN DE
NUESTRA SEGUNDA LIBERTAD.
COROLARIO.-
En nuestra Venezuela, siempre
hemos caminado con el libreto de la Torre de Babel, no sólo porque en nuestro Ser
está tatuada la impronta que rige la religión judeocristiana, que nos cobijó y
nos condiciona, sino también, por ser hijos de un sincretismo religioso que nos
hace mucho más vulnerables, a la hora de
entendernos espiritualmente, con los que no profesan nuestro credo. Es
importante, señalar que todo el drama del Jesús Crucificado camina con nosotros
al cadalso o la liberación. Creemos que un Salvador, un Mesías Todopoderoso nos llevará de su mano por el “mejor camino". Eso no ha variado, a pesar del fracaso
que hemos tenido que enfrentar con nuestros gobernantes. Seguimos buscando un
redentor y después, lo crucificaremos y lo hacemos responsable de nuestra desgracia. Pero, no sólo esa tendencia nos afecta en el campo de asumir la responsabilidad, también
en la manera de actuar frente a los delitos propios y ajenos. Por ejemplo, acá
tenemos un afán de perdón rayano en la neurosis del dominador-dominado- tipo síndrome
de Estocolmo- que se manifiesta en la conducta oferente que da concesiones de
perdón al culpable. Esto sin censurar y, algunas veces, omitir el castigo en delitos de lesa humanidad.
La magnanimidad de perdonar como Cristo, nos vuelve cómplices a ultranza, y casi nos hacemos uno con el delincuente. La desmemoria- o corta memoria- nos ha convertido en "testigos rogados" de delitos
graves como lo son los asesinatos, robos,
ultrajes, violaciones, torturas, desfalcos y asesinatos. En Venezuela vivimos en una plena y conspicua Torre de Babel.Pero, además, para vergüenza propia y ajena, ante
el mundo, alimentamos con nuestra sangre una Torre llamada Roca Tarpeya. Torre
que nació para ser la expresión más ostentosa de los adelantos del siglo
XX y, que hoy, se ha convertido en la casa del SEBIN, uno de los organismos más
cuestionados en violación de Derechos Humanos de los últimos tiempos.
Por último, les dejo, algunas
frases de Joseph Goebbels, el más exitoso propagandista del Tercer Reich, y que son calcadas por el sistema que gobierna
hoy a Venezuela.
“…Miente, miente, miente que algo quedará, cuanto más grande sea una mentira más gente la creerá”.
“… Por regla general la
propaganda opera siempre a partir de un sustrato preexistente, ya sea una
mitología nacional o un complejo de odios y prejuicios tradicionales; se trata
de difundir argumentos que puedan desencadenar ciertas actitudes primitivas.”
Nota: En mi próximo artículo
hablaré de la destrucción de nuestros símbolos patrios y el intento de destruir
nuestra identidad. Rnj/ 2017
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