domingo, 22 de septiembre de 2013

LA DIOSA MADRE MARIA DE LA ONZA Y EL PODER FEMENINO



Raiza N. Jiménez



LO FEMENINO: mitos y creencias.-


En el escenario cultural del venezolano hablar de María de la Onza o María Lionza,(1) como se le suele llamar, es abordar a  la Venezuela  de las más intricadas creencias religiosas y, más aún, es aproximarse muy cercanamente, a sus improntas míticas;  es adentrarse en las raíces de nuestras creencias más ancestrales. Pero, además, es tropezarse, palmo a palmo, con la diversidad que nos refleja un aporte trasplantado en esta tierras por la colonización española, hoy llamada  ENCUENTRO, que como toda conquista, obliga a los conquistados a asumir lo ajeno como propio.

Todo ello, sumado a eso otro que nos es  propio, autóctono, lo mismo que arquetípicamente, es contenedor de una IDENTIDAD, en cuya búsqueda estamos ocupados, sin querer detenernos para confirmar  y en forma realística aceptar, que somos hijos de una Patria adornada de coloridos plumajes que bailan al son de rítmicos  tambores.    




Obviamente, esta necesaria demarcación nos orienta, nos ubica  y nos lleva inexorablemente, al RE-CONOCIMIENTO de  los cultos primitivos. Esos  que conspicua y consistentemente, conspiran  insinuantes  y ofuscados para dejarnos ver la multiplicidad de facetas que idiosincrásicamente, exhibe nuestro País, y de lo cual, el mito de María Lionza, como contenedor de todos los demás, no escapa.

Al mismo tiempo, ocupa lugar preeminente el hecho de la presencia y  aceptación de una INTEGRACION de elementos mágico-religiosos (2) característicos del culto Católico, que  aún, demarcan nuestras proliferas vivencias religiosas.

Como bien lo señala Gustavo Martín, ..."el Culto de María Lionza  expresa, mejor que cualquier otro, el sincretismo religioso producto de la aculturación compulsiva a la cual ha sido sometido el pueblo venezolano"(Martín,1983: 109).

En este fenómeno se puede observar que convergen en yuxtaposición la herencia cultural étnica, que nos identifica en nuestra mezcla racial originaria, con la adoptada por medio de la transculturación de la cual, fuimos y seguimos siendo objeto, los hijos de esta tierra, los hijos de María Lionza.     




La leyenda y los diversos relatos orales recogidos a través de los tiempos, circunscriben el nacimiento de una mujer de origen indígena cuya belleza estuvo matizada  por ser la poseedora de un cuerpo radiante, realzado por unos contrastantes y esplendorosos ojos verde claro, aguamarina, de cuyos destellos, se decía, emanaba la fuerza poder de sus hechizos. Se dice, así mismo, que el nacimiento de esta doncella tuvo lugar en el Estado Yaracuy, donde   está    enclavada    la    seductora  montaña   de Sorte,  asiento del trono, de quien posteriormente, sería conocida como la Reina Madre María Lionza. Sorte, es ese lugar de encantamiento,  donde hoy, aunque con prácticas un poco desvirtuadas de su esencia original, se le rinde culto a su memoria y se mantiene vigente el mito que la invistió de poderes sobrenaturales. Tal reconocimiento y constante invocación, a nuestra manera de ver, no es más que un clamor de esperanza, que conjuga  la comunión  cercana  de la Diosa con un pueblo que clama por significantes que a corto plazo puedan generar alivio a sus males.

En Venezuela se rinde culto a una Diosa, a la feminidad, a la mujer hecha poder. Una diosa que por encima de la representación católica femenina, Virgen María, se entrona para ser el Poder Absoluto, o ese  Dios masculino, del cual nos hablan muchas otras religiones. Así, ..." por una vía sagrada, la mujer es elevada al poder y todos los espíritus masculinos que aparecen en el culto, están subordinados a ella" y  agrega Martín..."el culto de María Lionza pareciera estar vinculado a la necesidad de reivindicar ideológicamente a las personas que sufren alguna forma de marginalidad social". (Martín, 1990: 9 ).



En este caso, se quiere exaltar a la mujer y aminorar el papel que como representante del Ser débil, se le ha otorgado históricamente, Sin embargo, aunque tal marginalidad existe de facto, se observa que esta lucha ideológica parece haber sido un aspecto común de los pueblos que han sufrido algún tipo de discriminación socio-religiosa. Se puede decir que, el mito de María Lionza, va mucho más allá de lo que meramente se conceptualiza como religión, por cuanto, éste asume la confrontación ideológica de las clases sociales en su connotada polaridad,  dominados y dominantes.

Particularmente, se identifica con los dominados o marginados, quienes despliegan  formas imaginarias o  mágicas para darle configuración  y estructura a los significados de la vida cotidiana o étnica, que pulsan por hacerse evidentes. Y deja traslucir la personalidad de los dominadores,  quienes  ejercen su poderío a través de la imposición  de componentes que son específicos de  sus  culturas o contextos, a objeto de que tales pulsiones  naturales, no puedan ser liberadas, sino que sean reemplazadas por las nuevas creencias, que él, el dominador, impone como parte  de  su   ritual  de    dominación   transcultural.     

Es así, de esta manera,  y,  por medio del ritual mágicos-religioso como el pueblo - mujer - ha resuelto imaginariamente el conflicto de la dominación de..." una clase por otra, aceptando, al parecer, con más tranquilidad poseer ,de hecho, una estructura social de tipo matrilineal, en la cual, sin embargo, el ideal del Yo es el "Macho".(Martín, 1983:215).

Este señalamiento evidencia  la tesis de un antagonismo cultural, que nos coloca en forma por demás determinante, frente a una sociedad que aunque machista  en forma, está guiada por una práctica mítica, Culto a María Lionza, regida por patrones psico-religiosos preeminentemente femeninos, plasmados en cada una de las expresiones más simples de nuestra venezolanidad, y que testimonian de manera fehaciente la gran fuerza de la maternidad mítica depositada en la naturaleza ancestral de la gran Madre María Lionza.

MARIA LIONZA es la única figura religiosa a la cual se le rinde culto como una Diosa Suprema a quienes otras figuras idolatradas le rinden pleitesía y son subalternos de su voluntad. María Lionza es para sus creyentes una Diosa de la estatura de lo que nosotros los cristianos reconocemos como: DIOS.

La eficacia simbólica, inherente a la reconstrucción  y puesta en marcha de este mito étnico-materno deja abierta la posibilidad de un re-encuentro y reconciliación de nuestro pueblo con su desaparecida IDENTIDAD y  con  la MADRE PATRIA VENEZUELA.

MANIFESTACIONES DE LAS CREENCIAS MÁGICO RELIGIOSAS EN TORNO A MARÍA LIONZA EN EL  ÁMBITO DE LAS ARTES.-
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La creencia en Maria Lionza se ha enaltecido y llevado a las pantallas para escenificar la grandeza de una Diosa nacida del ideario de un pueblo que hace gala de un sincretismo religioso..

El compositor Ruben Blades hizo sus galas a la Reina de Sorte al componerle una pieza musical que se ha hecho de obligatoria escucha en los días festivos en Sorte.


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