jueves, 8 de enero de 2015

TODO PORQUE DOS PERSONAS SE ENAMORARON *(All because two people fell in love)



El amor es una chispa divina que se enciende desde nuestros corazones para inundar nuestros pensamientos más nobles y subsumirse en nuestros cuerpos acaparando, así, su voluntad con alegría, sobresaltos y entrega. No hay resistencia posible cuando se ama.
El amor es el milagro más grande que puede experimentar un ser viviente en la amplitud sagrada de su ser. Se han escritos millares y millares de páginas, que nos hablan de amor, pero nada se acerca ni por asomo, a la virtuosidad de sentirlo y saborearlo en la existencia viviente.


El amor es magia, es la magia que pone Dios en sus hijos como muestra del placer y el gozo, que pueden sentir los seres humanos que son presas de un sentimiento perfecto de bondad, dulzura, entrega, benevolencia, ternura y belleza. Y es que el amor,  es todo ello y mucho más.  Su condición de permanencia estelar, lo hace el más sublime de todos los sentimientos que existen. Por ello, compite en importancia y bienestar con cualquier otro sentimiento destructivo.
Por amor, por pasión se construye el mundo, el mundo perfecto. Cuando amas lo que haces, las posibilidades de fallar son menores. El amor te permite crear Paraísos reales y mentales.


El amor no es sólo estimulo sensual  o sólo sexo, pero el sexo con amor te llevará a  vivir las experiencias más divinas y sublimes que la  pura sexualidad, basada en los impulsos del instinto animal del hombre. No hay nada de malo, pecaminoso o censurable en la sexualidad. Sin embargo,  al vivir en el desbalance o los extremos, se corre el riesgo de romper la armonía o equilibrio natural e irse a los extremos. Es allí cuando el amor deja de ser amor, para convertirse en esclavitud y agonía, por falta de oxígeno vital. Ejemplo de ello, son los celos o las celopatías, persecución del  objeto amado, la rivalidad, el egoísmo, las intrigas, las mentiras, la traición, la infidelidad, etc., nada de ello es amor. Hay muchos otros sentimientos y emociones que calificarían para dar explicación  adecuada de estas adjetivaciones de la conducta humana.

Es importante, no obstante, atender ciertas señales para no descuidar aquello que amamos y  que devenga el desamor. El descuido puede derivar en el abandono de ambos amantes y el extrañamiento del uno con el otro. Sin embargo, cuando el amor se ha fundamentado en bases fuertes, tiende a extender las alas para que lo amado pueda sentirse libre y en confianza de expresarse en su más natural esencia. El amor real, no requiere de jaulas de oro, ni esposas y menos de detectives privados. Está sedimentado en una autoestima alta, en la confianza el cariño y el respeto mutuo. Pero, lo que sí es cierto, es que el amor se alimenta de la cercanía, los detalles, las caricias y de conductas ratificante de esa querencia. Sin correspondencia el amor es entelequia.

                                         

Cuando amas tienes que dejar un espacio suficientemente amplio, para que las dos personas, columnas, como son de su templo, no se asfixien y puedan sostener ese amor en equilibrio y fortaleza. Los amantes, los que se aman, siempre quieren estar cerca el uno del otro, pero no encima o enajenando al otro. El alejamiento programado permite la renovación de las experiencias de vida y que se alimente, cada miembro de la pareja, de la novedad y, de esa manera, poder compartir las buenas nuevas con su par. Por ello, es importante que ninguno de los dos intente desmotivar al otro en sus intereses, al contrario, intentar compenetrarse, ambos, con lo que el otro hace es un buen ejercicio para la comprensión y compartir sano. Crecer es necesario, para que el amor este  lleno de luces diferentes  y emociones  que inciten a bailar y cantar músicas nuevas para los dos.

Ahora bien, el lenguaje del corazón es muy simple y claro, no digo sensato, pero si sensible. Nada puede engañar al corazón cuando la razón se aparta de su sentir. Y la verdad es que la razón tendrá su tiempo necesario, para recomendarle al corazón cómo es la lógica del sentimiento. Ambos, la razón y el corazón, conforman un equilibrio necesario en el amor declarado como tal. 



El amor carnal está destinado por natura a dos. Por ello, cuando en ese amor se inmiscuye otro corazón o cuerpo, es hora de replantear la relación y hacerse una pregunta sencilla, por demás. ¿Es amor lo que nos une? Porque, la pareja, es una sociedad de dos hasta que llegan los hijos. No obstante, el amor de los hijos conserva,  por naturaleza, una forma específica para dar la protección y el amor que necesitan esos hijos,  sin desmeritar, el amor original de los padres.
Cuando un tercero irrumpe en el amor de la pareja, se produce un cisma que rompe la armonía y energéticamente se origina un caos emocional, espiritual, sexual y relacional. Nada volverá a ser lo mismo, porque se rompen cadenas espirituales imposibles de soldar en el astral. Es muy difícil que desaparezcan las cicatrices de la traición en una relación, no sólo de pareja, en general, cualquier relación humana, asume la misma dinámica de ruptura de la confianza y se generan una serie de sentimientos que conllevan al sufrimiento de todos los involucrados.

Por otro lado, la condición de tercero, de querida/o,  siempre degenera en un amor entre bastidores, oculto y  censurado. El amor censurado, no aceptado, no tiene el espacio para la libertada y tarde o temprano, comenzarán las exigencias para ocupar el primer lugar o tendrá lugar la separación por la saturación de sentimientos encontrados. Nadie puede ser feliz en el margen, sin embargo, hay personas que aceptan su infelicidad, por otras razones que no vamos a explicar acá.

                                         

Los estudios acerca de las parejas y sus compromisos amorosos, recomiendan la definición temprana de los tipos de arreglos personales y emocionales que tendrá la pareja. Tal condición es fundamental a la hora de establecer nexos amorosos con otro u otra. Realmente, no se debería partir de una condición de incertidumbre a la hora de asumir tal compromiso. Al menos los objetivos de cada uno y sus aspiraciones deberían estar claros para ambos, y en concordancia con lo que cada uno, está dispuesto a  aportar a  la relación. El amor, no es suficiente, por lo tanto si no  existen finalidades conjuntas  en la pareja, está destinada a convertirse en una aventura de vuelo bajo.



 La infidelidad, tocada más arriba, es retomada acá, para explicar lo siguiente: cuando la chispa del amor se posesiona de dos seres no habrá cabida para un tercero. Donde manda el corazón los espacios ocupados por el amor están sitiados; en el corazón ocupado todos los cerrojos están sellados. Si a pesar de ello, logra entrar un tercero, podríamos decir que el amor no estaba lo suficientemente fortalecido o era un amor de fantasía. La pareja la conforman dos, no tres o cuatro.

En el amor la falsedad, no es posible, en términos reales, aunque se dé de manera usual  y descarada. Si se admite la falsedad  en el amor, o se  ignora, es porque el alma está enceguecida o porque la costumbre o la dejadez  ha tomado, por asalto, el espacio que corresponde  a la sanidad del amor. Es importante, dejar bien claro que para el alma nada está oculto, ella todo lo sabe y lo siente. Pero el corazón, gitano como es, suele perdonar, su esencia es amar y de eso se ocupa  y, en cuanto a la razón, a veces no razona los mensajes que le envía el corazón. Y eso suele suceder con frecuencia.



En tal sentido, pensamos que el  amor es uno, no hay medio amor, pequeño amor o gran amor. Hay sí, niveles de sensaciones exaltadas por efectos de otros sentidos. Por eso, hay tanta confusión a la hora de usar las dos palabras “te amo”. Cuando se dice o se pronuncia un: te amo o un te quiero, debe nacer indubitablemente, como un mensaje inequívoco de lo más profundo del Ser, es decir,  del alma.
El amor es, entonces, compromiso amigable con el Ser propio y el Ser de otro, al que se dice es depositario y dador del amor. El amor es individual y personal.  Se ama a un alguien con la capacidad de amar que hemos desarrollado al amar a nuestros seres significativos y al amarnos a nosotros mismo. En este caso, nos hemos focalizado en el amor  sensual, carnal y espiritual de las parejas.

En suma, el amor como sentimiento de exaltación universal del alma  humana, amerita muchas otras páginas y un abordaje un tanto más profundo.



*Este escrito surgió porque me encontré con este  mensaje en la cocina de mi amada hija.






Raiza N. Jiménez/ 08/01/ 2015

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